Rosario Murillo llama “imperdonables” a los exiliados y asegura que “jamás” pisarán Nicaragua

Rosario Murillo arremete contra los miles de exiliados: los llama “condenables” y asegura que jamás podrán volver al país. Mientras los insulta, sus remesas sostienen la economía.

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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • abril 30, 2025
  • 07:00 AM

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo lanzó este martes una nueva amenaza contra los nicaragüenses en el exilio, a quienes persiguió, encarceló y desterró tras la rebelión cívica de abril de 2018.​ En un discurso transmitido a través de medios oficialistas, calificó a los críticos del régimen como “condenables” y “imperdonables”, asegurando que “jamás podrán retornar a esta tierra que no les pertenece”.​

"Los condenables, los imperdonables, jamás podrán retornar a esta tierra (Nicaragua) que no les pertenece", proclamó Murillo, en una de sus habituales intervenciones cargadas de insultos y amenazas.​

Continúa narrativa distorsionada de los hechos

La vocera del régimen acusó a los opositores en el exilio de vivir consumidos por la "amargura" y la "rabia", mientras insistió en que "no pudieron, ni podrán" derrotar al régimen que dirige junto a Ortega desde 2007. "Eso no da nada y no da para nada, porque los pueblos queremos paz", dijo, apropiándose cínicamente del lenguaje de reconciliación.​

Murillo afirmó que abril —el mes que recuerda el estallido social de 2018— es "tenebroso" para quienes se levantaron contra la dictadura, y lo calificó como un "desastre" para los movimientos de oposición. “Se empeñaron en una aventura desastrosa que terminó en fracaso y en el repudio de las mayorías”, aseguró, ignorando que su poder se sostiene mediante el control absoluto de las instituciones, la censura, el encarcelamiento de opositores y el destierro.​

"Ni perdón ni olvido", prometió Murillo, asegurando que quienes alzaron su voz contra la represión “jamás serán perdonados”. Además, aludió a las “reparaciones y la no repetición”, manipulando conceptos del derecho internacional de derechos humanos, cuando en realidad su régimen es señalado por crímenes de lesa humanidad.​

¿Y la "paz" y el "amor"?

Este discurso de odio contrasta con las constantes declaraciones de Murillo en las que se presenta como promotora de la paz y el amor. En múltiples ocasiones, ha afirmado que el régimen es "promotor de bien común, de cariño, de derechos" y que en Nicaragua reina la "vida buena" y la "esperanza" ​. Sin embargo, sus amenazas y descalificaciones hacia los opositores evidencian una profunda contradicción entre sus palabras y acciones.​

Desde 2018, más de 355 personas han sido asesinadas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organizaciones nacionales elevan la cifra a 684 víctimas. Ortega y Murillo sostienen la narrativa de un “intento fallido de golpe de Estado” para justificar la brutal represión.​

Tras las elecciones fraudulentas de noviembre de 2021, Ortega se aseguró un cuarto mandato consecutivo, tras encarcelar y luego expulsar a los principales líderes opositores, a quienes también despojó de su nacionalidad y sus derechos políticos.​

Paradójicamente, son estos mismos miles de nicaragüenses exiliados—tildados hoy de “imperdonables”— quienes mantienen viva la economía nacional. Solo en 2024, enviaron más de 5.243 millones de dólares en remesas familiares, un récord histórico. Su aporte anueal representa cerca del 28% del Producto Interno Bruto, según cifras del Banco Central de Nicaragua.

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